De sobras es de todos conocida esa sensación de decepción cuando vemos algo de lo que nos han hablado tanto, de lo que nos han contado la mil maravillas y hemos visto mil fotos y leído mil artículos. Las expectativas son tales que cuando lo vemos con nuestros propios ojos decimos “esta bien, pero tampoco es para tanto…” A todos nos ha sucedido en alguna que otra ocasion.
Pues bien, a nosotros en Yosemite, Death Valley y el Gran Cañón esto no nos ha pasado… La belleza, casi perfecta, de las moles graníticas del parque de Yosemite, el paisaje extraterrestre de Death Valley y la grandiosidad del Gran Cañón (sobre todo a la puesta de sol) solo se pueden explicar parafraseando a ese as de la muleta y de la lengua española: “en dos palabras – im prezionante”
Por cierto, que a la vuelta pasamos por Venecia, y es que uno se pone a hacer kilómetros en el desierto y no sabe donde acaba…
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